domingo, 31 de octubre de 2010

Militancia, emociones y política

Hoy, pocos días después de la muerte de un ex-presidente, vemos la exacerbación de la "militancia", y del "modelo" extrañas entelequias que representarían algo muy cercano a un fanatismo irreflexivo, cercano , muy cercano a aquel animal imaginario urdido por el "Proceso"de los 70-80: el "Ser nacional". Todas estas son expresiones de la "emocionalidad" política y si hay algo de lo que la política debe huir es de las emociones. La política es una construcción esencialmente racional, más allá de las humanas emociones de sus actores.
Cuando todas las tintas se cargan en un pensamiento infantil "buenos-malos" y la percepción de la sociedad dividida en amigos o enemigos, propia de ideas adolescentes, no se puede hablar de política sino de prepotencia.
La sociedad es mucho más rica y tiene innumerables matices que la sobre-simplificación de las consignas juveniles, jóvenes expuestos a medios y educación en los que la realidad se podía comprender a partir de ideas muy simples e indiscutibles. Lo lamento, pero la realidad es mucho más compleja que la simpleza de sus consignas, no puede reducirse a "blanco" o "negro".
Para cerrar una frase de Don Atanasio : "No todas las hormigas comen yuyos".

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