Cuando todas las tintas se cargan en un pensamiento infantil "buenos-malos" y la percepción de la sociedad dividida en amigos o enemigos, propia de ideas adolescentes, no se puede hablar de política sino de prepotencia.
La sociedad es mucho más rica y tiene innumerables matices que la sobre-simplificación de las consignas juveniles, jóvenes expuestos a medios y educación en los que la realidad se podía comprender a partir de ideas muy simples e indiscutibles. Lo lamento, pero la realidad es mucho más compleja que la simpleza de sus consignas, no puede reducirse a "blanco" o "negro".
Para cerrar una frase de Don Atanasio : "No todas las hormigas comen yuyos".
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